Saltillo.- No se apene si alguna vez se inconformó con el tamaño de su virilidad y deseó que la naturaleza hubiese sido más generosa con usted, pues en el caso del mexicano Roberto Esquivel Cabrera quedó demostrado que el tamaño no es todo.
Y es que Roberto, un quincuagenario saltillense pasó del orgullo de ser el poseedor de un pene de 48.21 centímetros a la incomodidad de tener un órgano sexual de casi medio metro de longitud y poco menos del kilogramo de peso.
Roberto, aceptó que en primera instancia, le producía una enorme satisfacción el saber que nadie, incluso famosos actores porno, tenían un pene de las dimensiones del suyo.
Ni el actor XXX, Jonah Falcon con sus 35 centímetros que lo hicieron llegar al libro Guinness podía competir con el saltillense, aun así, para Roberto, apodado «El Centauro (del norte obviamente), el «orgullo» de saberse extradotado por la naturaleza se tornó en infelicidad, pues pronto se dio cuenta de que ser un «medio metro» le imposibilitaban llevar una vía normal.
Y contra lo que pudiera pensarse el Centauro dista mucho de ser un semental o una máquina de sexo. «Nunca he tenido novia, ni pareja ni nada de eso chingao, ni un besito me han dado. Me gustan las mujeres, pero nunca tuve una, ni de chavillo, menos ahora con esto», lamenta Roberto.
Si eso no fuera suficiente, el descomunal miembro viril le impide trabajar, caminar, incluso le ha afectado su salud, pues las infecciones urinarias y los dolores son cosa de todos los días… hasta dormir boca abajo le es imposible y durante el día, para poder desplazarse tiene que atarlo a su pierna.
Así que cuando comienza a ver para abajo y quejarse con la madre naturaleza y la culpe por ni haber sido pródiga con esa parte de su anatomía, acuérdese de Roberto, y de como el tamaño no es todo, ni da la felicidad.
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