Habitantes de la capital siria y refugiados en Turquía se congregaron este domingo para conmemorar el retiro de Bashar al Asad, mientras fuerzas rebeldes asumían el control de la ciudad.
En Damasco, las celebraciones incluyeron disparos al aire y cánticos religiosos desde las mezquitas.
En lugares como la plaza de los Omeyas, grupos de personas derribaron estatuas vinculadas al régimen anterior, mientras expresaban su rechazo a décadas de gobierno del clan Asad.
Por su parte, en el barrio de Shaghur, combatientes armados fueron recibidos con muestras de apoyo por parte de las mujeres locales.
En Estambul, donde reside una numerosa diáspora siria, los refugiados se congregaron en el barrio de Fatih a pesar de las condiciones climáticas. Algunos participantes manifestaron su esperanza de regresar a Siria en un futuro próximo, señalando que el cambio en Damasco podría abrir la puerta a una reconstrucción del país.
La caída del régimen también se evidenció en el abandono de instalaciones estratégicas como la televisión y la radio públicas.
Testimonios de exfuncionarios revelaron que las órdenes de retirada dejaron a muchos civiles sorprendidos, mientras explosiones de origen desconocido sacudían algunos puntos de la ciudad.
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